Las comunidades indígenas y afrodescendientes en Colombia además de verse obligadas a luchar para que se garantice su derecho a la alimentación, corren el riesgo de perder su patrimonio cultural e inmaterial. Factores como la violencia armada, el desplazamiento forzado, la desigualdad y la presión indirecta a adoptar hábitos de producción y consumo occidentales, ponen en peligro estas tradiciones. A medida que estos desafíos crecen y se expanden a lo largo del país, las mismas comunidades, y en especial las generaciones más jóvenes pueden desconocer sus costumbre y hábitos de vida, al verse poco incentivados para mantener vivas estas tradiciones.
